martes, 16 de diciembre de 2014

Falsa calma. El miedo esta vez.

La calma forzada, el pánico, el miedo ciego, el estrés, la nada misma. Mix de sensaciones y sentimientos sobrecogedores que se enriedan y el nudo parece apretarse más cuanto más trato de analizarlo. Racionalizar las emociones no siempre conduce a algún lugar, a veces tenemos miedo porque la situación lo requiere y a veces estamos calmados y quizá no es algo malo. A veces tenemos tanto en nuestro plato que quedamos en una especie de piloto automático, indefinido, estado de ficus. No sé si sea bueno o sea malo. Después de tantos exámenes distintos creo que puedo decir que no hay una receta definida de emociones que garanticen el éxito. Me ha ido bien y no tan bien estando más nerviosa y más tranquila. Una cosa no quita la otra y a medida que los minutos van pasando, las emociones van mutando y se suceden en un torbellino feroz que te devora poco a poco. Así que acercarse a la calma no puede estar mal. El pánico no permite pensar, bloquea. Y la calma no es la ausencia del miedo, para nada. No necesariamente. Hace meses que siento el miedo latente, de base, siempre presente bajo la ropa, pegado a la piel. No se va a ir hasta que de una vez y para siempre (o al menos hasta el año que viene) termine de rendir. Y no se termina mañana tampoco, los exámenes fraccionados son el terror de los estudiantes. Pero lo pasé antes y lo pasaré de nuevo, por qué no? No está pensado para que la gente lo pase? 
El miedo se arremolina, se calma, va y viene. Se enfurece y despierta al pánico, la abulia se presenta ante cada oportunidad. Y a la calma que tan rara vez me visita, debo despreciarla? Lo siento, no puedo creer en un mundo en que la calma sea mala. Es lo único que me queda para aferrarme a una existencia no tan llena de cortisol, sin esos momentitos de calma el miedo y la angustia son mares ininterrumpidos que ahogan y me pisan cada vez con más fuerza. La calma no puede ser mala.
Hablo de la calma como si tal cosa pero en realidad no ha venido a visitarme exactamente. Sensación extraña. Quiero que se termine. El hartazgo me fabricó una especie de calma provisoria, un salvavidas en el océano de miedo que fue creciendo obstinadamente. Las extremidades acalambradas, siento las cosas sólo a medias. Estará bien, estará mal... No sé. No hay modo de saberlo en realidad. ¿Por qué torturarse tratando de convencerse de que la calma es algo malo?

No quiero irme sin cerrar los ojos, tomar aire y usar el mantra de realmente esperar a que el universo acomode sus fichas. Me siento algo olvidada por el karma. Claro que contar con él no alcanza, pero incluso con todo mi arsenal, lo mejor preparado que puede estar considerando todo, me siento mentalmente en el borde de la cama esperando secretamente que me toque una vez más. Una vez más como otras, como hace no tanto tiempo. 
El reloj se sigue moviendo, al tiempo no le importa. Las cartas caen, se acomodan como pueden, volvemos a mezclar. Y una vez más desde aquí, cierro los ojos y respiro profundo, and I hope for the best. Porque es todo lo que está a mi alcance a esta altura. Mi parte está hecha por esta noche. ¿Un guerrero de la luz se iría a dormir confiando en las fuerzas cósmicas? I'll keep on rowing. Parte de mí me esperará, sea como sea, del otro lado. Pero ahora sólo queda irse a dormir. Y déjar que el universo se acomode. De un modo u otro, cruzaré.

Kadima rak kadima. Find the way.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Verano

No hay muchas cosas que me gusten del verano. La humedad que hunde, la cara roja, el hedor del colectivo lleno de gente transpirando. El exceso de aire acondicionado, los cortes de luz. Mucha, demasiada piel. El cansancio que genera el arrastrarse por las calles bajo el sol y los kilómetros de vapor de agua. La sensación de ahogo.

Del verano sí me gusta despertarme y salir de la cama estando todo a temeperatura cómoda. Caminar descalza sintiendo el frío agradable en los pies. En verano me olvido del frío horrible que gobierna mis tobillos, esa franja de piel que las pantuflas no reconocen y los pantalones pijama se niegan a aceptar. No extraño acostarme a la noche y no saber cuánto tardaré en dormirme del frío que siento en cada centímetro de piel. Sí extraño del frío las bufandas, los buzos, la pila de frazadas protectoras, pero en verano el calor me motiva a salir de la cama y empezar el día; cuando hace frío no hay buzo que reemplace el calor de la cueva de tela de la que venimos.

En días fríos insólitos como hoy, recuerdo las cosas que sí me gustan. Las cosas que se extrañan los primeros días del frío. Los días de frío insólitos, caprichosos, me ayudan a balancear los pro y contras de las estaciones. Es la historia de siempre, uno extraña las cosas cuando ya no están pero mientras las tenemos no les damos tanta importancia. Siempre se puede aprender, y al próximo rayo de sol, saludarlo devolviéndo calidez.

viernes, 24 de octubre de 2014

Montaña rusa para el cortisol.

Alterno períodos de calma con períodos de neurosis absoluta. La premisa destructiva que dice que cuanto más se estresa uno, mejor le irá en el examen. Sabemos que es mentira. Es mentira. Pero cuando sobreviene el estrés uno trata de consolarse con frases así. Al rato, la inseguridad creciente amenaza con conquistar más territorio y uno se da cuenta de que no se gana nada con el pánico. Que no puede ser así. Entonces se busca la calma. Dichosos los que la encuentran. Pero entonces uno siente que no debería estar calmado y se hace la falsa idea de que al estar nervioso se flota en una nube de seguridad tácita. Como si el estar estresado garantizara un comodín con el juego contra la suerte. 
Llega un punto en que es cuestión de suerte. Donde hay que soltar los apuntes y enfrentarse a la hoja con una mente cansada que viene de correr una maratón. Mejor tenerla de aliada, no? En ese momento la memoria no nos pertenece. Supongo que, como casi todo, se puede entrenar. Pero el momento es ahora, y ahora la mente es una entidad aparte que decide ayudarte o no. 
Los nervios no garantizan nada. El miedo es bueno porque nos mantiene atentos, pero el pánico paraliza. El miedo en realidad es bueno en cantidades medidas, es bueno como la pizca de sal que se le agrega a la masa de los panqueques, que no se siente pero realza el sabor. El peor es el miedo al miedo mismo. No el miedo al resultado pero el miedo al miedo al resultado. El miedo a pasar un mal momento. El miedo a una situación fea que semeje eterna.

En fin. La calma no es mala. No puede ser mala. Hay un momento adecuado para cada sensación y elmiedo  sirve semanas antes, como estímulo para prepararse contra la batalla. Pero el miedo constante es terriblemente agotador. No puede estar mal la calma. 

Técnicas de siempre. Más o menos pulidas. Las cábalas en su lugar, como para ayudar a la confianza, pero con la mínima rigurosidad posible. 
Debo parar de divagar. Soltar y ver qué pasa. Confiar. En que el universo se acomode, favoreciendo el ambiente para que despleguemos las armas que estuvimos preparando. Y luchar hasta que se acabe. En algún momento acaba, sé que estoy cerca. Pero por ahora no se termina hasta que se termina. Tomar aire. Confiar. Y adelante.

domingo, 19 de octubre de 2014

On getting lost.



"There can be beauty in getting lost. Sometimes we have to get lost to find each other and sometimes we find each other, only to get lost all over again. We can’t always control it, the thing that’s going to set you adrift. And as you stand there on your front porch staring at the life you are about to leave behind, you have to accept it’s gone, it’s lost. Just like you. All you can do now is stand very still, breathe in the moment and try to be open to wherever the wind’s going to take you next."

Meredith Grey (Season11, Ep. 1-I Must Have Lost It on the Wind)

I guess getting lost is okay, it means soon you'll get to find yourself. And with any luck, once more, find another place that smells like roses.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Regrets

Si hay algo de lo que estoy segura es que no quiero mirar para atrás y arrepentirme. Quiero ser feliz, soñar, cumplir algunos sueños, por supuesto, pero evitar el arrepentimiento es muy importante para mí, y últimamente demasiado. 
Arrepentirse es admitir que uno erró, es admitir que se tuvo la oportunidad de hacer las cosas mejor pero se hicieron de otro modo. Claro que los errores, grandes o pequeños, que vamos cometiendo nos van dando forma y si nunca hubiésemos tropezado, no conoceríamos la dicha de levantarse volver a estar de pie. Claro que somos quienes somos por haber sido quienes fuimos, y claro que no somos hoy quienes fuimos ayer y por eso no deberíamos juzgar tanto las acciones pasadas bajo la lente de los valores que tenemos hoy (tanto es palabra clave). Sin embargo, este último par de meses he estado tratando de corregir demasiadas cosas de mí misma al mismo tiempo, y como dice el dicho, el que mucho abarca poco aprieta. Fijarse día tras día en las cosas que uno hace mal no lleva necesariamente a superarse y ser mejor persona, el exceso de autocrítica nos hunde cada vez más abajo, y cuando más profundo el pozo, más difícil salir. Permitirle al superyó que desolle con tal empeño al vulnerable yo es simplemente cruel, no progresista. 
Trato de encontrar el balance entre la seguridad en mí misma y la autocrítica. Saber cuándo escuchar con alma y mente abiertas las críticas de los demás y cuando ignorarlas no es tarea fácil. ¿Dónde debería ir el límite? Estoy empezando a creer que en los momentos en que el autoestima flaquea es útil tratar de superarse a uno mismo, pero con una o dos cosas a la vez, no más. Concentrarse más, dormir más, hacer ejercicio todos los días, leer x páginas de x libro por semana, estudiar más para saber más para tal fecha, estar más con la familia, aprender a meditar, cocinar más, ser más ordenado, llamar más seguido a *lista de personas*... El tiempo es infinito una tarde soleada de vacaciones en una silla mirando el pasto, pero en el presente puro y duro en que los minutos se escurren entre las tareas de la rutina que hay que terminar para ayer el tiempo es limitado. Explotar al máximo las horas que uno tiene cada día es genial, pero implotar en el intento no nos acerca ni un poco a la vida utópica que queremos llevar. 
Arrepentirse. Desafiarse a uno mismo está buenísimo, pero cuando uno se desafía y luego cede ante el autosabotaje, cada día que pasa nos hunde más y más nos alejamos la persona que queremos ser. 

Últimamente edito mucho las cosas que quiero decir. Pienso que debería morderme la lengua antes de hablar y reconsidero los comentarios que iba a hacer varias veces al día. Ojalá pudiera atribuir esta pequeña ola de inseguridad a algún evento, a alguna fecha cercana que por algún motivo ensombrece mi ánimo. Ojalá pudiera, porque entonces sólo cabria esperar y se iría sola, así como llegó. Pero no. Casi sin darme cuenta pasé demasiado tiempo probando vivir con el enfoque de otras personas. Probar ver el mundo con los ojos de quienes nos rodean está buenísimo, pero juzgarnos con las leyes de otros puede ser peligroso. "it took me a long time to learn that what was good for Fanshawe was not necessarily good for me." (Paul Auster, The New York Trilogy). 

Empecé queriendo cambiar pequeñas actitudes de mi rutina y sin querer terminé replanteandome cada cosa que decía, como si quisiera reeditar toda mi persona. No quiero. Quiero volver al punto en que estaba antes de empezar a sobreanalizar todo y empezar de nuevo. Cerrar las puertas a las críticas exógenas nunca está bien, pero debería mantenerlas entreabiertas. Play by my book.
Procederé a cerrar las persianas y dejar las ventanas abiertas. Introspección guiada por el viento, que se ventile un poco la mente, que inspire profundo y espire toxinas todo mi ser. Dejar de editar tanto el discurso. Aflojar un poco la correa. Y si no se ríen de mis chistes, está bien. Y si no se enamoran automáticamente de mi forma de pensar, está bien. Y si no comprenden tras dos o tres conversaciones quien realmente soy, está bien. No sé exactamente qué esperaba que pasara, pero claramente este no es el camino que debo andar, y como dijo Liz Gilbert, no vine aquí a sufrir.

martes, 16 de septiembre de 2014

Los nervios fieles, siempre presentes en pre examen. Pero medio escondidos cada tanto, perezosos, achicharrados. Deliberan, salir o no? No saben. No sé.
Cansada o cansada de estar cansada?
Raro como el tiempo pasa a velocidad constante y las cosas se terminan cuando acababan de empezar. No sé.

Frente en alto, confianza y buenas vibras. Y a dejarse mecer por el universo, hasta que vuelva a posarse en lo alto el sol.

sábado, 30 de agosto de 2014


INTERVIEWER

There is a quotation in Missing Out that haunts me, from Randall Jarrell— “The ways we miss our lives are life.” What does this mean to you?

(...)

PHILLIPS

I’m saying there could be a comfort in that line. And the comfort would be something like, You don’t have to worry too much about trying to have the lives you think you’re missing. Don’t be tyrannized by the part of yourself that’s only interested in elsewhere.


http://www.theparisreview.org/interviews/6286/the-art-of-nonfiction-no-7-adam-phillips


martes, 26 de agosto de 2014

Superyó. Haters gonna hate.


Hay una instancia de nuestra mente que siempre va a criticar todo lo que hacemos. Que está ahí expectante a la espera de malos resultados. No somos perfectos. Uno va aprendiendo de los errores y con algo de suerte, va mejorando. 
Si como premisa asumimos que todos cometemos errores, asumimos que cometeremos errores para siempre. Y dónde está el consuelo ahí? No cometeremos el mismo error mil veces pero siempre está ese 3% de posibilidad de arruinar todo.
 En las relaciones humanas no hay manera de saber cómo reaccionará el otro. Podemos tratar de no ofenderlo y tratar de generar determinadas reacciones pero lo cierto es que, no importa cuán persuasivo seas, no existe persona sobre la tierra capaz de controlar 100% la mente del prójimo. 
Así que cometemos errores en las conversaciones, pequeños comentarios, decimos cosas que quizá ni siquiera sentimos tan así, que no estamos seguros de por qué las dijimos, cosas que en realidad dijimos porque nos acordamos de otras cosas y quisimos tirar una indirecta. Grave error. Las indirectas son herramientas del infierno para hacernos infelices. No hay modo de hacerle saber al otro aquello que callamos. Y punto. Ésa es una tramoa mortal en la que todos caemos y volvemos a caer.

A perdonarse. Al final las primeras impresiones tienen tanta fama porque tienden a ser erradas. No se puede conocer a una persona por una conversación de tres segundos con ella. Buenos días, malos días, momentos más despiertos que otros...

Dejarse ser. Está bien. Seguiremos cometiendo errores al conversar, porque puede más las ganas de responder que las de responder bien, y pueden mas las ganas de responder bien que las de responder lo que realmente pensamos. A veces, eh. 
Morderse la lengua. Pensar. Pensar. Volver a pensar. Y apretar enter, mandar la información, expresarse. Con algo de suerte, el apocalipsis esperará unos segundos más antes de mandar un tornado a arrancarte la lengua.

sábado, 23 de agosto de 2014


"Si c'était ennemy qui se peut éviter, je conseillerais d'emprunter les armes de la couardise. Mais puisqu'il ne se peut, puisqu'il vous attrape fuyant et poltron aussi bien qu'honnête homme […], et que nulle trempe de cuirasse vous couvre […], apprenons à le soutenir de pied ferme, et à le combattre."

Montaigne.

martes, 12 de agosto de 2014

Últimos minutos

Eternos, inverosímiles. Prolongación de la tortura. 
La mente nublada. Mirada cansada.
La respiración no se percibe entrecortada pero una figura imaginaria oprime al pulmón. Quizá sea el corazón, pensando en latir desbocadamente. 
Falta poco. Falta menos. This is it.
Contando los minutos.

The one with the metaphorical tunnel. Another kind of metaphorical tunnel. 

Power pose. Cabeza en alto. 
Kadima rak kadima.

miércoles, 9 de julio de 2014

Fear, old friend.

Maduramos con el tiempo, crecemos, aprendemos a controlar lo controlable cada vez mejor y a no desesperar por lo que está fuera de nuestro control. 
Enfrentamos nuestros miedos y eso nos hace cada vez más fuertes, tras cada victoria restamos una rayita de LED al asiedómetro. 

Genero un ritual, pasos simples que me otorgan calma. Después de tal hora dejo todo como está y me despido hasta mañana. Me levanto a tal hora y hago las cosas en tal orden. Esto sí. Esto no. Procuro calmarme. Pongo un punto final y cuido ese área con todas mis fuerzas defendiéndola de ansiedades exógenas y endógenas que quieran conquistarla. 
Pero no siempre sale bien. Y cada vez que algo se corre un poco del plan me asusto y empiezo a otorgarle a esos pasos valor de cábala y todo se vuelve una nube borrosa de angustia. Calma. Ordenate. Lo que tiene solución no es un problema, y lo que no la tiene, tampoco. 

Qué fácil decirlo y qué difícil aceptarlo.
Calma ven a mí.

No puedo evitar las fluctuaciones de mi confianza en mí misma, en mi memoria. Cuando no es mi memoria es mi capacidad de estudio. Mi suerte. De qué lado estará el karma esta vez? Imposible decir. Creo en eso realmente? Imposible decir. 

Las cábalas nos dan seguridad. Traen aparejada una gran desventaja y es que cuando no logramos cumplirlas todas, el miedo a las consecuencias es terrible. Perdemos la confianza, invade el miedo. Se abren las puertas al infierno más profundo y de pronto somos total y completamente vulnerables a lo que viene, que quiere hacernos daño. (Antes eramos igual de vulnerables pero nos ocultábamos tras la muralla de la fe que nos permitía enfrentarnos a las cosas sin entrar en negación).
Estoy divagando. Me expreso mal. No tengo ganas de editar. No tengo ganas de pensar. Quiero tocR un botón y que hayan pasado los desafíos.

Me gustan los desafíos. Creo. Me gustan los autodesafíos. Me gusta llegar más lejos de lo que pensaba que era capaz. Pero me da miedo. Y el desafío es interesante y motivador mientras uno se prepara, mientras uno trabaja. Pero los últimos momentos no, momentos donde sobrevienen los reproches y la adrenalina se apaga dando paso a niveles exagerados de cortisol. Miedo. Interesante.

Qué simple y predecible. Qué difícil es salir del plan relajado y ponerse en acción previendo el momento de ataque posterior. No me explico bien. No importa. No tengo ganas. De. Nada. 
Quiero que pase. 
Pero quiero ser capaz de poner el pecho y bancar lo que venga.
Tengo ganas de ganar.

Supongo que nunca es tarde. No te des por vencido ni aún vencido. 
Un nuevo plan? Un nuevo plan. Calma. Procurar mantener la calma. Hay tiempo. Usarlo. Porque después no va a haber más. Calma. Plan. Ok. ... Ok. 
No puede ser tan difícil. No existen imposibles en esto. Y no hicimos las cosas tan mal. No castigarse antes de tiempo. 
Es la incógnita lo que destruye. Pero incógnita será hasta mañana, no importa cuánto nos preparemos, no importa a qué nivel llegue el estrés. La incógnita sigue. No se termina hasta que se termina. 
Calma. Irdenar las prioridades. Trazar un plan. Respirar. Poner la otra mejilla. Y adelante.

domingo, 6 de julio de 2014

Injusticias modernas.



-¿Qué hiciste para merecerlo?
-Existo. Y por ello, el mundo me lo debe.

Los pueblos más primitivos no creían que la naturaleza existía para abastecer al hombre. No nacían esperando la lluvia. Eran uno más con el resto de las almas del bosque, unos cuantos pasos más abajo que la fuerza cósmica. Existir sólo significaba estar presente y no garantizaba nada más que el privilegio de formar parte de algo más poderoso y misterioso. Pero las sociedades civilizadas modernas distan mucho de tener esta concepción del mundo. Desarrollamos el concepto de lo "justo". Existo, y por ende, sería injusto que el mundo no me asegure aquello que necesito para ser feliz.

jueves, 5 de junio de 2014



Siento que no voy a dormir nada y no me importa. Podría no dormir esta noche y aún pasearía mañana con la calma que me abraza ahora. Floto leyendo sobre temas que siempre me integraron. Siento el cansancio de mi cuerpo pero mi mente está en su <happy place>. Quién lo diría, al final de los días grises, con o sin lluvia, se puede atisbar el arcoiris.



miércoles, 21 de mayo de 2014

Sigamos

"El temor esta vez.
Esta vez elegí quedarme con la calma.
Porque siempre nos va a invadir la inseguridad en el último minuto. Siempre vamos a sentir que nos habría venido bien más tiempo. Siempre nos van a torturar esos fantasmas la noche previa a grandes eventos. Pero hoy elijo no ceder. Elijo neutralizar un poco mi querida neurosis y quedarme donde estoy. Las horas van a pasar igual y la mente tiene caminos desconocidos, pero llegar es posible. Debe ser posible. 
(...) No es un cambio de paradigma, simplemente es un pequeño ajuste. La historia (o mejor dicho, la mañana) me juzgará. De cualquier manera, pasarse al lado del equilibrio siempre es una buena inversión."

Así empezaba una nota que escribí antes de rendir un final... Extraña calma. 
Esta vez sin embargo no es exactamente calma lo que me envuelve. Me siento como en una nube de neblina. No es seguridad, inseguridad tampoco, contra eso luché constantemente y con todas mis fuerzas hasta hace muy poco. Conformismo? No. Cansancio? ... Puede ser. No es agotamiento mental real, pero en lo que va del año (incluso desde el mismísimo momento en que eomezó el año) estuve bajo el efecto de muchas fuerzas que tironearon de mi mente en todas las direcciones. De mi cuerpo un poco también. No tuve tiempo de pensar, y a veces tuve demasiado tiempo. Qué concepto el "no tener tiempo". 

El temo esta vez es distinto. Lo interesante es que la pseudocalma que me ahoga ahora apareció cuando imaginé la situación a venir como una muy similar a una ya vivida. Cosas que se hacen todo el tiempo y nunca tuve un resultado tan efectivo, de calma casi instantánea.

Estoy cansada, no sé bien lo que digo. No sé bien lo que siento.
Me quedan fuerzas porque me tienen que quedar. Porque dejarme caer no está en mis permitidos, ya no más. 
Dos fuerzas opuestas, ambas con sus razones justificadas, tiran de mí desde hace meses y estoy constantemente a punto de rasgarme en dos.
Quiero decir "quién sabe" pero sé, muy a mi pesar, que depende exclusivamente de mí superar esta nueva ola de cansancio una vez más. Superar esta y todas las que vengan. Sé que puedo. El tema de si quiero está siento discutido, pero debo apelar a mi carta de siempre de no parar a pe sar estas cosas a mitad de camino. 
Así que adelante. Incluso cuando no sienta esa energía ue aparece tras mini espisodios de inspiración. Incluso si sigo cansada, aún más hoy que ayer. Incluso si me aburro. Incluso si me siento débil. 


"-Estás cansada?
-Sí
-Sigamos."

lunes, 28 de abril de 2014

Perdonarse las faltas de aplomo.

En la lucha constante por mejorar como ser, una de las cosas más difíciles de conseguir y más importantes es sin dudas la capacidad de perdonarse.

viernes, 25 de abril de 2014

Apoyo.

Me he aventurado en diversas aventuras a lo largo de mi corta vida, y siempre he tenido la suerte de contar el apoyo de muchos de aquellos que son importantes para mí.
Esta vez, sin embargo, pocos me apoyan en esta nueva aventura. Encuentro que 8 de cada 10 personas dejan entrever que les parece una mala idea, que no debería meterme en más problemas, que si tal cosa sale mal o no sale perfecta, ya es una señal de que es un error. 
Es la primera vez que me pasa y no sé muy bien cómo proceder. Estoy convencida de que es una buena idea, una aventura que no quiero seguir posponiendo mucho más, y si bien no es el mejor momento del mundo para comenzarla, es lo mejor que voy a conseguir por estos próximos diez años. Y con eso me basta, así es la vida, el momento ideal para embarcarse en aventuras es total y completamente utópico, en ello reside parte de la aventura en sí. 

Lo cierto es que estoy experimentando una vez más (y debe ser ésta la segunda o tercera vez nomás) esas ganas desesperadas de mostrarle a la gente que se equivoca, que es una buena idea, que es un buen momento, que puedo. Que puedo hacerlo y ser feliz al mismo tiempo. Casi que me alcanzan las ganas de probar su error para dar el primer paso incluso sin poner motivación de otro tipo. Qué horror, qué será que tenemos los humanos que nos lleva a querer mostrar que el otro está en un error, a contradecirlo, a ganar. No sé. No me pasa a menudo.

Situación nueva y ninguna herramienta para ayudarme en este caso. Tengo en cuenta la posibilidad de que sea ésta una de esas veces en que uno cree estar haciendo lo correcto mientras la multitud grita que uno se equivoca cuando lo cierto es que en efecto, toda esa gente era la que estaba en lo correcto y era uno el equivocado. Pero no creo que sea éste mi caso. Creo realmente que, por algún motivo, a mis amigos se les ha ocurrido que no podré con todo y que debo recapacitar. Pero quizá hay más de mí que aún no conocen. Yo confío en mi capacidad de manejar una cosa más, de salie airosa de esta aventura. Me prometí intentarlo al menos.... Además... Las más de las veces, las mejores experiencias comienzan así, casi sin querer, a la fuerza, a los tumbos.
Veremos. Sólo el tiempo dirá quién tenía razón. Pero no me importa demasiado si debo abandonar a medio camino, lo importante es no defraudarse. Y no planeo torcer mis ideales porque la masa que me rodea considra que ésta es la calma que antecede al huracán. 

Si el huracán debe venir, lo esperaré con el mejor escudo que tenga. Pero pondré el pecho y libraré batalla. Aquí estoy. Vengan de a uno.

domingo, 20 de abril de 2014

Análisis de la situación general. ¿Etapas?

A menudo cuando paso una colección de días meditabunda o triste, o con menos confianza en mi capacidad para hacer ciertas cosas, o más sensible, o menos tolerante, o más agresiva, o, o, o, suelo consolarme y apaciguar la frustración con un "es una etapa". Un momento en el tiempo, unos días, unas semanas, todo tiene un final, todo termina. Puede pasar que cada tanto uno esté más sensible o que las cosas que siempre gustan de pronto no lo emocionen tanto. Pero son etapas, nos consta, porque nos ha pasado antes, y nos hemos recuperado. Fácil viene, fácil se va. O lo que viene sin que lo llamen se va sin que lo echen. Etc etc. Pasa. Somos humamos, seres sensibles, pensantes, en constante evolución, sometidos siempre a distintas a fuerzas y situaciones de estrés. 
¿Qué pasa si no es una etapa? ¿Qué pasa si no se va sólo? ¿Si efectivamente hay que replantearse cosas, parar y pensar, actuar, cambiar el rumbo? También pasa. 
¿Cómo saber cuándo debemos dejarlo pasar sin darle demasiado crédito al asunto y cuándo debemos tomar cartas en el asunto? No sé. Cuando se llevan varias semanas y uno miro para atrás y ve que hay algo que hace ruido, que la atmósfera no es exactamente igual a la habitual, quizá sea momento de sentarse a pensar. 
Pensar es difícil. Juzgar las acciones bajo una nueva luz es difícil. Revisitar errores es difícil. Pero quizá la mala racha que venimos teniendo tenga una explicación más concreta que "mal karma", y eso es bueno porque entonces podemos empezar a intentar cambiarlo. Intentar, y ver qué pasa. No se trata de encontrar una explicación en realidad, sino de encontrar el camino hacia la salida del laberinto de oscuridad momentáneo en que uno se halla. Hallarse.
Bueno, sí. Quizá esté haciendo las cosas mal. No hacer las cosas bien es hacer las cosas mal. La misma culpa de saber que uno podría estar dando más de sí y no lo está haciendo genera malas rachas a cualquiera. Días grises. Circunstancias miles que sirven de excusas se presentan cada vez con más presteza. Pero ahora sabemos hacia dónde ir. Y quizá con esa sola pieza colocada en posición correcta, nos demos cuenta de dónde iban las demás. 
Uno no puede cargar con los errores ajenos. ¿Pero qué pasa cuando nos creemos capaces de enmendarlos? Enmendarlos parcialmente digo, una solución un poco torcida, pero que al final nos consigue la situación más cercana a la ideal... Es difícil. ¿Hasta dónde uno puede intentar manipular las cosas? ¿Hasta dónde está bien manipular? (Hay tantas concepciones erradas y feas sobre el concepto de manipular, tantos seres que lo llevan siempre al extremo).

No sé. Sigo analizando. Pero voy por buen camino supongo. Si no es sólo una etapa, entonces hay un modo concreto de salir. No sé dónde está la salida, pero ya pude nombrar cuál es la x de la ecuación. Vamos por más.

miércoles, 2 de abril de 2014

Cambio de década

No recuedo lo que sentí cuando cumplí 10 años. Pero sí recuerdo que estaba muy emocionada por cerrar la década, llegar al número de dos cifras; lo veía como un cambio de etapa marcadísimo. Por aquella época cunplir años todavía era un gran antes y después, el año nuevo comenzaba con el año nuevo de vida. 

Confieso que hoy día no creo en esos cambios rotundos; es decir, creo en los cambios rotundos, pero no creo que sean impulsados únicamente por una cosa tan abstracta como el calendario. Es por eso que los últimos cumpleaños, los últimos años nuevos los festejé con menos emoción que cuando era una nena de 10 años. Los años se miden en materias para mí, en módulos de nivel del idioma que esté estudiando... Mi tiempo está fragmentado en otro modo, uno que creía entender hasta que intenté ponerlo en palabras. 
Sin embargo ese no es el punto. 

De la noche a la mañana (quite literally) cambió mi percepción del cumpleaños. Tuve la sensación de cumplir años después de años de no cumplir... Mi cerebro interpreta que cumplo años cada tres, cuatro años. La percepción exponencialmente acelerada del tiempo que adquirimos conforme aumenta nuestra edad parece no poder penetrar en la vivencia de los cumpleaños y su ciclo que experimenta mi ser. Menos vueltas: se siente extraño, como hace varios años no se sentía.

Sin embargo, fue fugaz el "día de transición", y ahora ya es otro bloque de 24hrs, ya me adentro en el próximo año, en la próxima década, casi sin darme cuenta, casi sin querer, arrastrada por la suave y engañosa corriente del tiempo. Anyway. Cumpleaños feliz.
Muchos saludos muy cálidos, muchísimos que no esperaba. Costó, pero parece que al final logré eso de ajustar las expectativas. Sentí el cariño de mucha gente en la que no pensaba hace mucho. Quizá los humanos necesitamos estos aniversarios para reformular y resignificar vínculos. No tengo ganas de explayarme sobre ese tema ahora. Porque el segundo cósmico de sentir luz y cariño y el centro de atención por ese día, se termina, y la rutina te envuelve nuevamente y hay que seguir. Y vuelta a la vida tan agitada, tan estresante, tan llena de neurosis que tanto nos gusta.

Nota: algo relacionado con que 40 años no es nada. Las 40. Mitades. Media naranja. No, por ahí no vayamos. Décadas. Vivir. Levantarse. Seguir remando. Utopía en el horizonte. Kadima rak kadima. Bonne nuit.

martes, 1 de abril de 2014

Final de How I met your mother (Spoiler)


Como con toda historia, a medida que uno de adentra en los sucesos, se va encariñando con los personajes, los mira evolucionar e involucionar, el tiempo va para adelante y para atrás, las relaciones entre los personakes, las cosas y los lugares se complejiza. 
Hoy I met your mother era una serie que era muy sana anímicamente, sobre todo hasta antes de la obsesión ted-robin. Veíamos a los personajes sufrir problemas típicos y no tan típicos, reflexinoar sobre eso; veíamos a Ted reflexionando constantemente sobre su vida amorosa, con todos los altos y bajos que se le presentaban. No puedo hablar por otros, pero desde mi lugar puedo decir que la serie me mantentía optimista, con respecto a la vida y a los cambios y a las cosas que en general nos causan ansiedad como las amistades cuando están bajo amenaza o la eterna insufrible espera a que "el amor te encuentre". La serie era ficcional, obviamente, pero se mantenía verosímil dentro de todo, simpática. 

Empezaron a cambiar las cosas, a alterar las relaciones entre los personajes, a hacerlo menos cuentito y más real, pero se mantenía el efecto anímicamente sano de la serie, había evolucionado, como todo en la vida. Amores no correspondidos, desesperanza, cosas que pasan.
Se está usando mucho la serie que tiene situaciones lindas de la vida y situaciones horribles, fluctuando de una a otra, ambas cargadiiiiiiiiisimas de drama. Y es una estructura que se sostiene bien, vende, y a la gente le gusta. Himym tenía el drama hermosamente regulado y las situaciones tristes re arreglablan eventualmente, de un modo u otro... Como pasa las más de las veces en la vida real, aunque es discutible. La diferencia es que en las series se puede avanzar en el tiempo y ver qué pasó. 
El punto es que la serie iba alternando momentos más de cruda realidad y menos cuento de hadas, con momentos algo idealizados, pero inclinándose la balanza cada vez más hacia los primeros. 

Mi modo de ver el último episodio de la serie es desde ese filtro, pensando que quisieron darle un giro  inesperado al final sin dejar de aportarle drama, más una cucharada extra de drama por ser el final. Y salió mal. Parece que lo hubiesen tenido que cerrar rápido, hicieron brainstorming y dijeron "bueno, sorprendamoslos con todo" y volvió todo lo que no tenía que volver. 
Leí un comentario en facebook que expresaba perfectamente las quejas que sentía contra el modo de involucionar cada personaje: vuelven a conflictos previos que ya habían tenido en la historia, pero con el agregado de patetismo que viene con los diez años extra que tienen ahora. Los vemos tirar historias perfectamente lindas y plausibles por la ventana. 
Tras ver el episodio estaba decepcionada, y ahí me di cuenta que todos los errores que sentía que habían cometido con los personajes (que habían cometido "los personajes") son errores que la gente comete en la vida real constantemente. O al menos eso creemos, porque no tenemos manera de averiguar cómo hubiesen salido las cosas si se hubiese hecho algo diferente (pero sí podemos asumir que las consecuencias hubiesen sido mejores o peores según el caso). Lo que quiero decir es que, una vez más, me decepcionaron los personajes y me enojé con ellos porque salieron de la ficción cuasi rosa y empezaron a cometer errores estúpidos, igual que la gente en la vida real; errores que uno mismo se salva de cometer a diario, cuando pensamos una y otra vez cómo salir de situaciones y unas horas más tarde nos decimos "qué bueno que hice esto, qué bueno que paré y pensé". 

Puedo entender desde ese lado por qué cerraron la historia como la cerraron. Quisieron cerrar la caja y ponerle el moño, no dejar cabos sueltos, no dejar finales abiertos. Le quisieron poner drama y darle una explicación a lo que se venía haciendo desde el día 1, relatarle la historia a los hijos; entonces matan a la madre, hacen un giro inesperado y hacen que el señor vuelva a lo que hacía que la serie se mantuviera en el límite de lo anímicamente sano, yendo y viniendo con Robin. 
(Hay muchísimas Robin en este mundo, algunas que se hacen pasar por Robin engañando a otros y a ellas mismas, y otras que no saben que son Robin aún. No exactamente igual al personaje, obviamente, pero con muchas cosas en común. Y hay un montón de gente que sufre porque son 
Teds u otros tratando de alcanzar y comprender a ese ser sin lograrlo. Por eso estuve muy de acuerdo con el hecho de que Ted lo superara -y le costara, porque así es la vida- y siguiera adelante.) Pero al hacer eso, arruinaron todo lo que venían desarrollando desde hacía meses, todo lo que los personajes habían crecido, todos los mensajes que habían dado, se evaporaron en el aire. Y lo que es peor, el mensaje de la serie se deformó horriblemente, porque de pronto toda la historia se torna en, qué?, una historia que el padre les cuenta a sus hijos para justificarles a ellos y a él mismo volver a caer en ese mismo estúpido pozo (ni mencinemos el hecho de que al hacerlo está traicionando bastante a Barney). Entiendo que le hayan querido poner drama y ese condimento de lo inesperado al final, pero todo esto no era necesario!
A lo que voy es: las series terminan. La vida no. En la ficción se puede avanzar y ver cómo termina todo. Entonces hicieron eso, avanzaron, terminaron, cerraron. Cosieron la herida horriblemente y listo. 
Pero la ficción también permite, gracias a Dios, los finales abiertos! Algo molesto pero al mismo tiempo esperanzador, y que marca fuertemente la diferencia con la vida, al tiempo que establece la similitud, porque lo cierto es que no sabemos cómo sigue el juego en la vida real. No sabemos cuál es el verdadero final, nuestras millones de historias conjuntas no se terminan hasta que morimos (y a veces incluso después). No había necesidad de cerrar todo mal y rápido. Lo hubiese aceptado abirtamente si todo hubiese sido el sueño de alguno de los personajes que al final se despertaba y hacía algo para impedir que el primr dominó se cayera. No sé. El punto es que, para mí, la serie termina con el episodio anterior, el anteúltimo. Puerta abierta. 


Nota: notable cómo por primera vez en mi vida estoy más de acuerdo con un final abierto que con uno concreto. He leído finales que no me agradaron demasiado, pero los finales abiertos siempre me molestaron bastante. Quizá la involución de los personajes de esta serie me permitió evolucionar "literariamente" y considrar ese truco artístico como algo distinto, algo que permite al espectador cerrar en su mente la historia como le apetezca, quizá incluso no cerrarla. Quizá me permitió conciliar la idea de una relación distinta entre la ficción y la realidad, una con la que se establezca que son distintas, pero similares y al mismo tiempo me permita aceptar los sucesos de la historia tanto en una como en otra.

domingo, 30 de marzo de 2014

Quotes from PA's "The New York Trilogy"


"Quinn paused to consider this. Was "fate" really the word he wanted to use? It seemed like such a ponderous and old-fashioned choice. And yet, as he probed more deeply into it, he discovered that was precisely what he meant to say. Or, if not precisely, it came closer than any other term he could think of. Fate in the sense of what was, of what happened to be. It was something like the word "it" in the phrase "it is raining" or "it is night." What that "it" referred to Quinn had never known. A generalized condition of things as they were, perhaps; the state of is-ness that was the ground on which the happenings of the world took place. He could not be any more definite than that. But perhaps he was not really searching for anything definite."

"There was something so attractive about him that you always wanted him beside you, as if you could live within his sphere and be touched by what he was. He was there for you, and yet at the same time he was inaccessible. You felt there was a secret core in him that could never be penetrated, a mysterious centre of hiddenness. To imitate him was somehow to participate in that mystery, but it was also to understand that you could never really know him."

"I would get so close to Fanshawe, would admire him so intensly, would want so desperately to measure up to him- and then, suddenly, a moment would come when I realized that he was alien to me, that the way he lived inside himself could never correspond to the way I needed to live. I wanted too much of things, I had too many desires, I lived too fully in the grip of the immediate ever to attain such indifference. It mattered to me that I do well, that I impress people with the empty signs of my ambition: good grades, varsity letters, awards for whatever it was they were judging us on that week. Fanshawe remained aloof of from all that, quietly standing in spite of himself, with no struggle, no effort, no stake in the thing he had done. This posture could be unnerving, and it took me a long time to learn that what was good for Fanshawe was not necessarily good for me."

"For Fanshawe this was essential business- another step toward proving oneself- but for me it was only sordid, a miserable lapse into something I was not. Still, I continued to go along with him, a befulddled witness, sharing in the quest but not quite part of it, an adolescent Sancho astride my donkey, watching my friend do battle with himself."

"Stories without endings can do nothing but go on forever, and to be caught in one means that you must die before your part in it is played out. My only hope is that there is an end to what I am about to say, that somewhere I will find a break in the darkness. This hope is what I define as courage, but whether there is reason to hope is another question entirely."


Paul Auster's "The New York Trilogy" personal """""review"""""

I'm not a big fan of Auster's style, his type of fiction, one that plays with your mind, self-awarness and gives you a wide range of queer emotions. Still, he makes some very interesting points along the story, hidden in the mental logorrhea of the narrator. I don't tend to allow myself to have agressive opinions on books, specially with this kind of litterature, where one is constantly confused, troubled, and yet somewhat joyful altoghether. 

This particular story leaves a great deal of doors open, which is not my favorite thing, but the icing on the confussion cake is the lack of ability the brain has to piece toghether the first two novels with the couple of names and facts the last provides. 
That said, I went looking for interpretations on forums or discussions/review wesites to see if I had missed something crucial to achieve this, but without succes. However, I found some interesting comments on the book that in one way or another express ome thoughts I had on it:

"However, I honestly don't think Auster needed to write it that way, and while you can argue that the third part's power is cumulative, that you've got to pound through the first two wondering whether you were being mind-fucked or just pointlessly bored in order to win the prize at the end, I absolutely do not agree. After all that I do believe Auster is a great writer, but he needs to cut out this cutesy-poo monkeyfart "meta" crap and just make a damn story"

"City of Glass (1985), Ghosts (1986) and The Locked Room (1986): Meta as in metafiction, also metaphysics and metaphor. This is fiction about fiction, writing about the writer. Who’s writing whom? Who’s the author and who’s the imagined character? Auster's characters aren’t “real” people (even when they are autobiographical) in the sense that you might invite one over for dinner, but are real in the sense that you might imagine yourself dissolving into fiction, or have the sense that the self is fiction.
These are stories that demand that the reader NOT check her brain at the door: disquieting, self-weary perhaps, not particularly plot-driven. They include elements of detective fiction, of mysteries and thrillers. Detective stories in the sense that characters follow one another around and spy on one another. Characters disappear and/or mirror one another: one “self” becomes the “other.” Everyone here is lost and almost no one is found. Who is trailing whom becomes undecidable or indecipherable. Characters disappear. We don’t know where they go and neither does the author."

If this were a true review I would have to say whether I like the book or not, and give it a certain amount of stars, but luckily for me, this is not a true review, so I don't have to do anything :). The truth is the book was deeply interesting, and very Auster, and I enjoyed reading it. I don't feel I've learned something new so much as I've reafirmed some old convictions. And that's that. That's all I can say after reading so many times that words fail many times.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Tarde gris en la ciudad

El cielo se encapricha, no tiene ganas de dar señales de vida hoy. No tiene ganas de hacer esfuerzos. No quiere observar la realidad, cubre todo como un manto gris y empieza la cuasi ficción en que se transforman los días de no lluvia, esos días en que parece que está constantemente a punto de desatarse la tormenta. 
Y ahí es cuando mi rutina encaya, cuando se evapora mi vitalidad. La tormenta que se desata es la de emociones viejas que se despertaron por el clima, como los animales que salen de las cuevas cuando terminan de hibernar. 

Baldes de colores fríos mezclados con gris y amarillo salpican las paredes de mi alma y mis ojos adquieren un brillo distinto, como perlados por el aburrimiento. No es sueño. Es darse cuenta de la falta de aventura. 
Día gris como cualquier otro, como un lunes feriado, que me retrotrae a tardes del 2003 cuando, enferma y en cama, pasaba el tiempo mirando películas de acción con mi padre. O noches del 1999, en casa de mis abuelos, recortando papelitos de colores o pegando figuritas en álbumes infinitos. O días de campo de deportes, allá por el 2006. Los días grises me retrotraen a momentos especiales, instantes enterrados en el cajón de recuerdos, momentos que resultaron ser súper especiales (sin saberlo en el momento, obvio). 
Los días grises son transición; no brilla el sol, no nos inunda la lluvia. Es una pausa cósmica, una coma eterna, un período de música de espera al teléfono. 

Los días grises me teletransportan a otra dimensión. 


Quizá sea bueno dar un paseo por los rincones olvidados de la mente una vez cada tanto, quizá sea sano. Quizá no es una mala manera de tramitar aquellas emociones que hubo que posponer porque no teníamos la capacidad mental y/o anímica para lidiar con ellas en su momento. Quizá los dias grises son nuestros comodines, después de todo, se saca una hora de acá y se la reordena más allá, uno se organiza, las cosas terminan hechas de todos modos. Quizá los días grises sean nuestro entre paréntesis; concepto últra interesante y necesario, donde se guardan aclaraciones y detalles que era imperioso mencionar pero no sabíamos cómo mostrarlas. 

Tarde gris en la ciudad y nadie me espera
Ya no habrá manera de decir adiós.

Las horas pasan y mi día comodín ve su cielo sucumbir y llenarse de tinta negra azulada. El día no termina sin embargo, aquí es cuando la reconexión con la realidad de la rutina comienza y debemos tramitar las actividades pospuestas por la urgencia de reflexiones filosóficas que el día impone y terminarlas para poder amanecer mañana con la agenda limpia y la conciencia al día. 
Hasta pronto entonces, hasta la próxima pausa.

martes, 4 de marzo de 2014

Nido de caranchos (noche como cualquier otra)

Desorden, caos. Viene a mi mente una vez más, como una ráfaga de viento caliente, el poema de juana de ibarbouru, el único poema que puedo recitar de memoria. No es angustia. No es estrés. Bueno, siempre es estrés (y nunca). No es como otras veces. No es entrar en otra etapa. O quizá sí. 
Me encuentro en un punto anímico nuevo. No se siente particularmente especial, pero sé que es diferente. Lo sé justamente porque no lo siento. Quizá sea que finalmente decidí sentir lo que sea que el viento me ofrezca y no chequear mi puntaje en la tabla de hollywood o editorial planeta. Live and let live.
No, no es eso.
Algo raro en el ambiente se hace cargo de mi ser y me arrastra, vagabunda, aquí y allá, desde hace meses. Algo en mí se fue de vacaciones. Como una empresa de revistas que de repente se informatiza y no se imprime más. Como una fábrica abandonada mientras la reciclan para convertirla en algo básico, meses antes de que la descubra la magia y la transforme en algo increíble. Siento que en mi camino hacia tierra, paré en una isla desierta a estirar las piernas y el barco se esfumó. 
Pasan cosas raras. Tengo miedo. Mucho, poquito, nada. No me asusta caminar hacia adelante, sino perderme en el bosque y no poder avanzar. No siento el viento contra la cara, como si estuviera en uno de esos sueños en que uno quiere desesperadamente correr y no lo consigue.

Al infinito y más allá. Miro para adelante y veo la bruma que antecede a la tormenta. O que precede a la tormenta? Quizá ambas. Como un virus silencioso que por años se mantiene apagado, conquistando territorio en silencio, y muere antes de atacar, dejando toda su tierra débil, gris, vacía.

Soñar no cuesta nada. Pero qué pasa cuando se cumplen los sueños? Sobre todo aquellos sueños que consisten en procesos y no en instantes... Cómo flucúan las sensaciones anímicas en los procesos. 
No es miedo, no. Creo que es desesperanza. Supongo que es lo que pasa cuando uno tira a la basura la escala con la que venía midiendo los momentos, cuando uno llega a la cima, cuando uno se para a descansar demasiado tiempo. 

Hoy no tengo una respuesta. Sólo nudos y pequeñas cicatrices. Un inconsciente que quiere gritar debilidades. Una consciencia que quiere seguir durmiendo. 

....que será, será.











Inmovilidad

En la playa que el viento de otoño hace más sola
Noche a noche me siento frente a la tentación
De este mar que en sus ondas lleva y trae los navíos
Que me envían, de lejos, su muda invitación.

Los veo hundirse en la niebla salpicados de luces.
Mundos breves y vivos que se echan a andar,
En busca de horizontes distintos e imprevistos,
Entre la hechicería de la luna y el mar.

Más allá... ¡Oh Dios mío, y yo aquí tan inmóvil
Cual si fuera una piedra que nada ha de mover!
¡Ya me agobia el cansancio de soñar imposibles!
¡Se ha hecho espina mi ansia de tocar y de ver!

Juana de Ibarbouru.

lunes, 3 de marzo de 2014


..."Looking back,
                         it's easy to see when a mistake has been made,
                   to regret a choice that seemed like a decent idea at the time,
                                                        but if we used our best judgement,
                                                                                      and listened to our hearts,
                                                 we're more likely to see that we chose wisely,
                                                        and avoided the deepest, most painful regret of them all...
                                 the regret that comes from letting something amazing pass you by."

Grey's Anatomy
Season 10, episode 13.

sábado, 22 de febrero de 2014

Proximity

Interesting how, when imposed, proximity makes us feel the imminent instintive necessity of running away, immitating a pair of natural opposite forces. Yet when proximity hesitates, staying beyond our reach though close enough to be certain it must arrive, one craves for it with an almost innconscious, almost unnoticed, animal desire. Forced, artificial proximity awakes secret awkwardness, a feeling of ficcion, of it all being fake, made up for an unexisting audience. But the slowed-developed, softly aroused, young desiring longing for proximity, can make it a fulfilling utopia.

martes, 18 de febrero de 2014


"If you take away from our reality this fictions that regulate it; you lose reality itself."

Slavoj Zizek – The Pervert's Guide to Cinema

sábado, 1 de febrero de 2014


"La comparación entre hombre y mujer muestra, después, que en su relación con el tipo de elección de objeto presentan diferencias fundamentales, aunque no, desde luego, regulares. El pleno amor de objeto según el tipo del apuntalamiento es en verdad característico del hombre. Exhibe esa llamativa sobrestimación sexual que sin duda proviene del narcisismo originario del niño y, así,corresponde a la trasferencia de ese narcisismo sobre el objeto sexual. Tal sobrestimación sexual da lugar a la génesis del enamoramiento, ese peculiar estado que recuerda a la compulsión neurótica y se reconduce, por lo dicho, a un empobrecimiento libidinal del yo en beneficio del objeto. Diversa es la forma que presenta el desarrollo en el tipo más frecuente, y con probabilidad más puro y más genuino, de la mujer. Con el desarrollo puberal, por la conformación de los órganos sexuales femeninos hasta entonces latentes, parece sobrevenirle un acrecimiento del narcisismo originario; ese aumento es desfavorable a la constitución de un objeto de amor en toda la regla, dotado de sobrestimación sexual. En particular, cuando el desarrollo la hace hermosa, se establece en ella una complacencia consigo misma que la resarce de la atrofia que la sociedad le impone en materia de elección de objeto. Tales mujeres sólo se aman, en rigor, a sí mismas, con intensidad pareja a la del hombre que las ama. Su necesidad no se sacia amando, sino siendo amadas, y se prendan del hombre que les colma esa necesidad. La importancia de este tipo de mujer para la vida amorosa de los seres humanos ha de tasarse en mucho. Tales mujeres poseen el máximo atractivo {Reiz = estímulo} para los hombres, y no sólo por razones estéticas (pues suelen ser las más hermosas); también, a consecuencia de interesantes constelaciones psicológicas. En efecto, con particular nitidez se evidencia que el narcisismo de una persona despliega gran atracción sobre aquellas otras que han desistido de la dimensión plena de su narcisismo propio y andan en requerimiento del amor de objeto; el atractivo del niño reside en buena parte en su narcisismo, en su complacencia consigo mismo y en su inaccesibilidad, lo mismo que el de ciertos animales que no parecen hacer caso de nosotros, como los gatos y algunos grandes carniceros; y aun el criminal célebre y el humorista subyugan nuestro interés, en la figuración literaria, por la congruencia narcisista con que saben alejar de sí todo cuanto pueda empequeñecer su yo. Es como si les envidiásemos por conservar un estado psíquico beatífico, una posición libidinal inexpugnable que nosotros resignamos hace ya tiempo. Pero al gran atractivo de la mujer narcisista no le falta su reverso; buena parte de la insatisfacción del hombre enamorado, la duda sobre el amor de la mujer, el lamentarse por los enigmas de su naturaleza, tienen su raíz en esta incongruencia [entre los dos tipos] de la elección de objeto.
No es ocioso, quizá, que lo asegure: nada más lejos de mí, en esta pintura de la vida amorosa femenina, que la tendencia a menospreciar a la mujer. Prescindiendo de que soy ajeno a cualquier tendenciosidad, sé que estas conformaciones en direcciones diversas responden a la diferenciación de funciones dentro de una trabazón biológica en extremo compleja; además, estoy dispuesto a conceder que un número indeterminado de mujeres aman según el modelo masculino y también despliegan la correspondiente sobrestimación sexual."

Sigmund Freud, "Introducción del narcisismo (1914), Capítulo II".

martes, 28 de enero de 2014

Coeztee's "Diary of a bad year"

Excelente libro. Me gusta pensar que gracias a autores como Coetzee y Kundera voy aprendiendo a apreciar mejor los personajes de los libros, sobre todo los del realismo, los que me generan algo de repulsión natural, pero cada vez más ternura y curiosidad. Quizá no se entienda más que desde mi mente, pero estos libros marcan un antes y después en mi forma de leer, libros como La insoportable levedad del ser, y Madame Bovary. 
En fin, "the work of a master" como dice la crítica del daily telegraph. Coetzee tiene una forma de escribir que es soothing. Este es un libro que en manos de otro escritor hubiese sido catalogado como depresivo quizá, pero así como es resulta hermoso. Dispara líneas nuevas de reflexiones en muchos sentidos.

""We are all players in the global market: if we do not compete, we will perish." The market is where we are, where we find ourselves. How we got to be here we may not ask. It is like being born into a world we have no hand in choosing, to parents unknown. We are here, that is all. Now it is our fate to compete." "You may withdraw if you wish (...) but your competitors will most assuredly not. As soon as you lay down your arms, you will be slaughtered. We are locked ineluctably into a battle of all against all."

"...there come times when the outrage and the shame are so great that all calculation, all prudence, is overwhelmed and one must act, that is to say, speak."

"Curious, given how alien the ideal of spiritual transformation has become, that the music of transformation still retains some of its power to move us, to create a swelling feeling of exaltation, such an odd emotion in our day."


"Is it too much to say that the music we call Romantic has an erotic inspiration -that it unceasingly pushes further, tries to enable the listening subject to leave the body behind, ro be rapt away (as if harking the birdsong, heavensong), to become a living soul? If this is true, then the erotics of Romantic music could not be more different from the erotics of the present day. In young lovers today one detects not the faintest flicker of that old metaphysical hunger, whose code word for itself was yearning." 


"So i will tell you frankly, I was never embarrassed by your thoughts, I even helped them along a little. And nothing has changed since I left, you can go on having thoughts about me to your heart's content (that is the beauty of thoughts, isn't it, that distance doesn't matter, and separation)."


"Shouting us not simply talking writ loud and large. It is not a means of communication at all, but a way of drowning out rivals. It is a form of self-assertion, one of the purest there is, easy to practise and highly effective. A four-year-old may not be as strong as a grown man, but he certainly is louder."

"Only now, later in life, do I begin to see how ordinary people, Nietzsche's bored higher animals, really cope with their environment. They cope not by becoming irritated but by lowering their expectations. They cope by learning to sit through things, by letting the mental machinery run at a slower rate. They slumber; and because they do not mind slumbering they do not mind being bored."