domingo, 1 de marzo de 2015

Comentarios random y atención.

Tuvieron que pasar muchos muchísimos meses para que me diera cuenta, pero al parecer gran parte de la falta de alegría del 2014 tuvo que ver con que me asocié con la gente incorrecta. Puntos de vista que distan mucho de los propios, excesos de empatía... todo bueno e interesante en su medida justa. El problema viene cuando empezamos a vernos a nosotros mismos a través de ojos ajenos 24/7. Cuando empezamos a vivir los dilemas de los otros como propios. Porque ya tenemos nuestras propias colecciones de complejitos, que aceptamos y gracias a las cuales tenemos chances de crecer cada día, tenemos cosas para enfrentar y superar cada semana... pero superar y crecer con problemas ajenos es más complicado, sobre todo si se lo hace inconscientemente. 

Me pregunto si estoy demasiando en sintontía con las sensaciones que me genera todo a mi alrededor. Empiezo a pensar que dejé de prestar atención y durante mucho tiempo esa ignorancia de el efecto que tenía en mí todo me empezó a hundir, porque estaba mal sin saber porqué. Y estar mal sin saber porqué significa no saber cómo arreglarlo. Me senté demasiadas veces a esperar que las cosas se resuelvan solas. Y empecé a hacer cambios donde no hacía falta. Y se me fue todo de las manos. Perdí completamente el rumbo. Me perdí.

Salir de entre la bruma al mundo que conocíamos es más difícil de lo que creí inicialmente. Perdonarse y encontrarse de nuevo es un trabajo largo. Un proceso, como cualquier otro. Lo más difícil ahora es, para mí, darme cuenta de todo eso que ignoré tanto tiempo. Cómo las palabras que dicen quienes nos rodean tienen tanto poder para afectarnos. Quizá no a todos afectan las opiniones de quienes nos importan, los comentarios al pasar, los juicios rápidos. En este momento creo que a todos nos afectan (aunque no en igual medida, obvio) pero que no nos damos cuenta...
Reencontrarse requiere mucha honestidad. Y atención. Al prestar atención podemos lidiar en el momento y el lugar con aquellos comentarios que nos molestan, que nos duelen. ¿Por qué molestan? ¿Qué partes de nosotros entran en conflicto? Quizá tramitando nuestros complejitos en el momento y el lugar les impedimos acumularse en algún lugar del inconsciente hasta ocluir completamente los tubitos de la dirección hidráulica mental. 
No lo tengo todo resuelto, pero mi plan de acción es claro. Honestidad y atención. Y alejarse de lo que hace mal. Sin dudarlo.

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