lunes, 28 de abril de 2014

Perdonarse las faltas de aplomo.

En la lucha constante por mejorar como ser, una de las cosas más difíciles de conseguir y más importantes es sin dudas la capacidad de perdonarse.

viernes, 25 de abril de 2014

Apoyo.

Me he aventurado en diversas aventuras a lo largo de mi corta vida, y siempre he tenido la suerte de contar el apoyo de muchos de aquellos que son importantes para mí.
Esta vez, sin embargo, pocos me apoyan en esta nueva aventura. Encuentro que 8 de cada 10 personas dejan entrever que les parece una mala idea, que no debería meterme en más problemas, que si tal cosa sale mal o no sale perfecta, ya es una señal de que es un error. 
Es la primera vez que me pasa y no sé muy bien cómo proceder. Estoy convencida de que es una buena idea, una aventura que no quiero seguir posponiendo mucho más, y si bien no es el mejor momento del mundo para comenzarla, es lo mejor que voy a conseguir por estos próximos diez años. Y con eso me basta, así es la vida, el momento ideal para embarcarse en aventuras es total y completamente utópico, en ello reside parte de la aventura en sí. 

Lo cierto es que estoy experimentando una vez más (y debe ser ésta la segunda o tercera vez nomás) esas ganas desesperadas de mostrarle a la gente que se equivoca, que es una buena idea, que es un buen momento, que puedo. Que puedo hacerlo y ser feliz al mismo tiempo. Casi que me alcanzan las ganas de probar su error para dar el primer paso incluso sin poner motivación de otro tipo. Qué horror, qué será que tenemos los humanos que nos lleva a querer mostrar que el otro está en un error, a contradecirlo, a ganar. No sé. No me pasa a menudo.

Situación nueva y ninguna herramienta para ayudarme en este caso. Tengo en cuenta la posibilidad de que sea ésta una de esas veces en que uno cree estar haciendo lo correcto mientras la multitud grita que uno se equivoca cuando lo cierto es que en efecto, toda esa gente era la que estaba en lo correcto y era uno el equivocado. Pero no creo que sea éste mi caso. Creo realmente que, por algún motivo, a mis amigos se les ha ocurrido que no podré con todo y que debo recapacitar. Pero quizá hay más de mí que aún no conocen. Yo confío en mi capacidad de manejar una cosa más, de salie airosa de esta aventura. Me prometí intentarlo al menos.... Además... Las más de las veces, las mejores experiencias comienzan así, casi sin querer, a la fuerza, a los tumbos.
Veremos. Sólo el tiempo dirá quién tenía razón. Pero no me importa demasiado si debo abandonar a medio camino, lo importante es no defraudarse. Y no planeo torcer mis ideales porque la masa que me rodea considra que ésta es la calma que antecede al huracán. 

Si el huracán debe venir, lo esperaré con el mejor escudo que tenga. Pero pondré el pecho y libraré batalla. Aquí estoy. Vengan de a uno.

domingo, 20 de abril de 2014

Análisis de la situación general. ¿Etapas?

A menudo cuando paso una colección de días meditabunda o triste, o con menos confianza en mi capacidad para hacer ciertas cosas, o más sensible, o menos tolerante, o más agresiva, o, o, o, suelo consolarme y apaciguar la frustración con un "es una etapa". Un momento en el tiempo, unos días, unas semanas, todo tiene un final, todo termina. Puede pasar que cada tanto uno esté más sensible o que las cosas que siempre gustan de pronto no lo emocionen tanto. Pero son etapas, nos consta, porque nos ha pasado antes, y nos hemos recuperado. Fácil viene, fácil se va. O lo que viene sin que lo llamen se va sin que lo echen. Etc etc. Pasa. Somos humamos, seres sensibles, pensantes, en constante evolución, sometidos siempre a distintas a fuerzas y situaciones de estrés. 
¿Qué pasa si no es una etapa? ¿Qué pasa si no se va sólo? ¿Si efectivamente hay que replantearse cosas, parar y pensar, actuar, cambiar el rumbo? También pasa. 
¿Cómo saber cuándo debemos dejarlo pasar sin darle demasiado crédito al asunto y cuándo debemos tomar cartas en el asunto? No sé. Cuando se llevan varias semanas y uno miro para atrás y ve que hay algo que hace ruido, que la atmósfera no es exactamente igual a la habitual, quizá sea momento de sentarse a pensar. 
Pensar es difícil. Juzgar las acciones bajo una nueva luz es difícil. Revisitar errores es difícil. Pero quizá la mala racha que venimos teniendo tenga una explicación más concreta que "mal karma", y eso es bueno porque entonces podemos empezar a intentar cambiarlo. Intentar, y ver qué pasa. No se trata de encontrar una explicación en realidad, sino de encontrar el camino hacia la salida del laberinto de oscuridad momentáneo en que uno se halla. Hallarse.
Bueno, sí. Quizá esté haciendo las cosas mal. No hacer las cosas bien es hacer las cosas mal. La misma culpa de saber que uno podría estar dando más de sí y no lo está haciendo genera malas rachas a cualquiera. Días grises. Circunstancias miles que sirven de excusas se presentan cada vez con más presteza. Pero ahora sabemos hacia dónde ir. Y quizá con esa sola pieza colocada en posición correcta, nos demos cuenta de dónde iban las demás. 
Uno no puede cargar con los errores ajenos. ¿Pero qué pasa cuando nos creemos capaces de enmendarlos? Enmendarlos parcialmente digo, una solución un poco torcida, pero que al final nos consigue la situación más cercana a la ideal... Es difícil. ¿Hasta dónde uno puede intentar manipular las cosas? ¿Hasta dónde está bien manipular? (Hay tantas concepciones erradas y feas sobre el concepto de manipular, tantos seres que lo llevan siempre al extremo).

No sé. Sigo analizando. Pero voy por buen camino supongo. Si no es sólo una etapa, entonces hay un modo concreto de salir. No sé dónde está la salida, pero ya pude nombrar cuál es la x de la ecuación. Vamos por más.

miércoles, 2 de abril de 2014

Cambio de década

No recuedo lo que sentí cuando cumplí 10 años. Pero sí recuerdo que estaba muy emocionada por cerrar la década, llegar al número de dos cifras; lo veía como un cambio de etapa marcadísimo. Por aquella época cunplir años todavía era un gran antes y después, el año nuevo comenzaba con el año nuevo de vida. 

Confieso que hoy día no creo en esos cambios rotundos; es decir, creo en los cambios rotundos, pero no creo que sean impulsados únicamente por una cosa tan abstracta como el calendario. Es por eso que los últimos cumpleaños, los últimos años nuevos los festejé con menos emoción que cuando era una nena de 10 años. Los años se miden en materias para mí, en módulos de nivel del idioma que esté estudiando... Mi tiempo está fragmentado en otro modo, uno que creía entender hasta que intenté ponerlo en palabras. 
Sin embargo ese no es el punto. 

De la noche a la mañana (quite literally) cambió mi percepción del cumpleaños. Tuve la sensación de cumplir años después de años de no cumplir... Mi cerebro interpreta que cumplo años cada tres, cuatro años. La percepción exponencialmente acelerada del tiempo que adquirimos conforme aumenta nuestra edad parece no poder penetrar en la vivencia de los cumpleaños y su ciclo que experimenta mi ser. Menos vueltas: se siente extraño, como hace varios años no se sentía.

Sin embargo, fue fugaz el "día de transición", y ahora ya es otro bloque de 24hrs, ya me adentro en el próximo año, en la próxima década, casi sin darme cuenta, casi sin querer, arrastrada por la suave y engañosa corriente del tiempo. Anyway. Cumpleaños feliz.
Muchos saludos muy cálidos, muchísimos que no esperaba. Costó, pero parece que al final logré eso de ajustar las expectativas. Sentí el cariño de mucha gente en la que no pensaba hace mucho. Quizá los humanos necesitamos estos aniversarios para reformular y resignificar vínculos. No tengo ganas de explayarme sobre ese tema ahora. Porque el segundo cósmico de sentir luz y cariño y el centro de atención por ese día, se termina, y la rutina te envuelve nuevamente y hay que seguir. Y vuelta a la vida tan agitada, tan estresante, tan llena de neurosis que tanto nos gusta.

Nota: algo relacionado con que 40 años no es nada. Las 40. Mitades. Media naranja. No, por ahí no vayamos. Décadas. Vivir. Levantarse. Seguir remando. Utopía en el horizonte. Kadima rak kadima. Bonne nuit.

martes, 1 de abril de 2014

Final de How I met your mother (Spoiler)


Como con toda historia, a medida que uno de adentra en los sucesos, se va encariñando con los personajes, los mira evolucionar e involucionar, el tiempo va para adelante y para atrás, las relaciones entre los personakes, las cosas y los lugares se complejiza. 
Hoy I met your mother era una serie que era muy sana anímicamente, sobre todo hasta antes de la obsesión ted-robin. Veíamos a los personajes sufrir problemas típicos y no tan típicos, reflexinoar sobre eso; veíamos a Ted reflexionando constantemente sobre su vida amorosa, con todos los altos y bajos que se le presentaban. No puedo hablar por otros, pero desde mi lugar puedo decir que la serie me mantentía optimista, con respecto a la vida y a los cambios y a las cosas que en general nos causan ansiedad como las amistades cuando están bajo amenaza o la eterna insufrible espera a que "el amor te encuentre". La serie era ficcional, obviamente, pero se mantenía verosímil dentro de todo, simpática. 

Empezaron a cambiar las cosas, a alterar las relaciones entre los personajes, a hacerlo menos cuentito y más real, pero se mantenía el efecto anímicamente sano de la serie, había evolucionado, como todo en la vida. Amores no correspondidos, desesperanza, cosas que pasan.
Se está usando mucho la serie que tiene situaciones lindas de la vida y situaciones horribles, fluctuando de una a otra, ambas cargadiiiiiiiiisimas de drama. Y es una estructura que se sostiene bien, vende, y a la gente le gusta. Himym tenía el drama hermosamente regulado y las situaciones tristes re arreglablan eventualmente, de un modo u otro... Como pasa las más de las veces en la vida real, aunque es discutible. La diferencia es que en las series se puede avanzar en el tiempo y ver qué pasó. 
El punto es que la serie iba alternando momentos más de cruda realidad y menos cuento de hadas, con momentos algo idealizados, pero inclinándose la balanza cada vez más hacia los primeros. 

Mi modo de ver el último episodio de la serie es desde ese filtro, pensando que quisieron darle un giro  inesperado al final sin dejar de aportarle drama, más una cucharada extra de drama por ser el final. Y salió mal. Parece que lo hubiesen tenido que cerrar rápido, hicieron brainstorming y dijeron "bueno, sorprendamoslos con todo" y volvió todo lo que no tenía que volver. 
Leí un comentario en facebook que expresaba perfectamente las quejas que sentía contra el modo de involucionar cada personaje: vuelven a conflictos previos que ya habían tenido en la historia, pero con el agregado de patetismo que viene con los diez años extra que tienen ahora. Los vemos tirar historias perfectamente lindas y plausibles por la ventana. 
Tras ver el episodio estaba decepcionada, y ahí me di cuenta que todos los errores que sentía que habían cometido con los personajes (que habían cometido "los personajes") son errores que la gente comete en la vida real constantemente. O al menos eso creemos, porque no tenemos manera de averiguar cómo hubiesen salido las cosas si se hubiese hecho algo diferente (pero sí podemos asumir que las consecuencias hubiesen sido mejores o peores según el caso). Lo que quiero decir es que, una vez más, me decepcionaron los personajes y me enojé con ellos porque salieron de la ficción cuasi rosa y empezaron a cometer errores estúpidos, igual que la gente en la vida real; errores que uno mismo se salva de cometer a diario, cuando pensamos una y otra vez cómo salir de situaciones y unas horas más tarde nos decimos "qué bueno que hice esto, qué bueno que paré y pensé". 

Puedo entender desde ese lado por qué cerraron la historia como la cerraron. Quisieron cerrar la caja y ponerle el moño, no dejar cabos sueltos, no dejar finales abiertos. Le quisieron poner drama y darle una explicación a lo que se venía haciendo desde el día 1, relatarle la historia a los hijos; entonces matan a la madre, hacen un giro inesperado y hacen que el señor vuelva a lo que hacía que la serie se mantuviera en el límite de lo anímicamente sano, yendo y viniendo con Robin. 
(Hay muchísimas Robin en este mundo, algunas que se hacen pasar por Robin engañando a otros y a ellas mismas, y otras que no saben que son Robin aún. No exactamente igual al personaje, obviamente, pero con muchas cosas en común. Y hay un montón de gente que sufre porque son 
Teds u otros tratando de alcanzar y comprender a ese ser sin lograrlo. Por eso estuve muy de acuerdo con el hecho de que Ted lo superara -y le costara, porque así es la vida- y siguiera adelante.) Pero al hacer eso, arruinaron todo lo que venían desarrollando desde hacía meses, todo lo que los personajes habían crecido, todos los mensajes que habían dado, se evaporaron en el aire. Y lo que es peor, el mensaje de la serie se deformó horriblemente, porque de pronto toda la historia se torna en, qué?, una historia que el padre les cuenta a sus hijos para justificarles a ellos y a él mismo volver a caer en ese mismo estúpido pozo (ni mencinemos el hecho de que al hacerlo está traicionando bastante a Barney). Entiendo que le hayan querido poner drama y ese condimento de lo inesperado al final, pero todo esto no era necesario!
A lo que voy es: las series terminan. La vida no. En la ficción se puede avanzar y ver cómo termina todo. Entonces hicieron eso, avanzaron, terminaron, cerraron. Cosieron la herida horriblemente y listo. 
Pero la ficción también permite, gracias a Dios, los finales abiertos! Algo molesto pero al mismo tiempo esperanzador, y que marca fuertemente la diferencia con la vida, al tiempo que establece la similitud, porque lo cierto es que no sabemos cómo sigue el juego en la vida real. No sabemos cuál es el verdadero final, nuestras millones de historias conjuntas no se terminan hasta que morimos (y a veces incluso después). No había necesidad de cerrar todo mal y rápido. Lo hubiese aceptado abirtamente si todo hubiese sido el sueño de alguno de los personajes que al final se despertaba y hacía algo para impedir que el primr dominó se cayera. No sé. El punto es que, para mí, la serie termina con el episodio anterior, el anteúltimo. Puerta abierta. 


Nota: notable cómo por primera vez en mi vida estoy más de acuerdo con un final abierto que con uno concreto. He leído finales que no me agradaron demasiado, pero los finales abiertos siempre me molestaron bastante. Quizá la involución de los personajes de esta serie me permitió evolucionar "literariamente" y considrar ese truco artístico como algo distinto, algo que permite al espectador cerrar en su mente la historia como le apetezca, quizá incluso no cerrarla. Quizá me permitió conciliar la idea de una relación distinta entre la ficción y la realidad, una con la que se establezca que son distintas, pero similares y al mismo tiempo me permita aceptar los sucesos de la historia tanto en una como en otra.