domingo, 20 de abril de 2014

Análisis de la situación general. ¿Etapas?

A menudo cuando paso una colección de días meditabunda o triste, o con menos confianza en mi capacidad para hacer ciertas cosas, o más sensible, o menos tolerante, o más agresiva, o, o, o, suelo consolarme y apaciguar la frustración con un "es una etapa". Un momento en el tiempo, unos días, unas semanas, todo tiene un final, todo termina. Puede pasar que cada tanto uno esté más sensible o que las cosas que siempre gustan de pronto no lo emocionen tanto. Pero son etapas, nos consta, porque nos ha pasado antes, y nos hemos recuperado. Fácil viene, fácil se va. O lo que viene sin que lo llamen se va sin que lo echen. Etc etc. Pasa. Somos humamos, seres sensibles, pensantes, en constante evolución, sometidos siempre a distintas a fuerzas y situaciones de estrés. 
¿Qué pasa si no es una etapa? ¿Qué pasa si no se va sólo? ¿Si efectivamente hay que replantearse cosas, parar y pensar, actuar, cambiar el rumbo? También pasa. 
¿Cómo saber cuándo debemos dejarlo pasar sin darle demasiado crédito al asunto y cuándo debemos tomar cartas en el asunto? No sé. Cuando se llevan varias semanas y uno miro para atrás y ve que hay algo que hace ruido, que la atmósfera no es exactamente igual a la habitual, quizá sea momento de sentarse a pensar. 
Pensar es difícil. Juzgar las acciones bajo una nueva luz es difícil. Revisitar errores es difícil. Pero quizá la mala racha que venimos teniendo tenga una explicación más concreta que "mal karma", y eso es bueno porque entonces podemos empezar a intentar cambiarlo. Intentar, y ver qué pasa. No se trata de encontrar una explicación en realidad, sino de encontrar el camino hacia la salida del laberinto de oscuridad momentáneo en que uno se halla. Hallarse.
Bueno, sí. Quizá esté haciendo las cosas mal. No hacer las cosas bien es hacer las cosas mal. La misma culpa de saber que uno podría estar dando más de sí y no lo está haciendo genera malas rachas a cualquiera. Días grises. Circunstancias miles que sirven de excusas se presentan cada vez con más presteza. Pero ahora sabemos hacia dónde ir. Y quizá con esa sola pieza colocada en posición correcta, nos demos cuenta de dónde iban las demás. 
Uno no puede cargar con los errores ajenos. ¿Pero qué pasa cuando nos creemos capaces de enmendarlos? Enmendarlos parcialmente digo, una solución un poco torcida, pero que al final nos consigue la situación más cercana a la ideal... Es difícil. ¿Hasta dónde uno puede intentar manipular las cosas? ¿Hasta dónde está bien manipular? (Hay tantas concepciones erradas y feas sobre el concepto de manipular, tantos seres que lo llevan siempre al extremo).

No sé. Sigo analizando. Pero voy por buen camino supongo. Si no es sólo una etapa, entonces hay un modo concreto de salir. No sé dónde está la salida, pero ya pude nombrar cuál es la x de la ecuación. Vamos por más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario