viernes, 20 de abril de 2012

Maisons.

Va pasando la vida y van cambiando las etapas. Y cada etapa trae nuevas masas de gente.

En este momento, estoy en el CBC. Puedo decir, con bastante orgullo, que me hice amigos desde el primer día, y que somos un número considerable de personas... pero, al reunirme con viejos amigos, y con los no tanto, me doy cuenta que no es lo mismo. Claro, claro que no es lo mismo, pero me refiero... a que me siento un poco estancada en mis relaciones sociales. Entré en este mundo nuevo con nada más que optimismo y resulta que al final, ni era tanta gente, ni había tantas oportunidades. Parece que es así, que hay que ir acostumbrándose y que si encontrás a alguien con tu misma camiseta, tenés que arreglártelas para hacerte amiga, porque no te vuelve a pasar por al lado. Al menos esa es la impresión general que me quedó, al mes de estar acá, en este planeta nuevo. 

De paso, quiero decir que no es nada muy distinto. La gente comenta tantas cosas sobre los cambios de etapas, y al final resulta que es casi igual. Varían las horas que se invierten, las caras que se ven, y quizá los temas que se tocan, pero sólo si somos detallistas (bueno, sí, lo somos).

Voy a citar a una amiga y decir que sí tengo amigos, sí paso buenos momentos, pero no estoy "en casa". Y no es que mi positivismo fuera tan soñador como para pensar que iba a cambiar de templo, pero es cierto que no me vi venir... bueno, es difícil de explicar. Lo que sí sé es que estoy en casa cuando estoy con mis amigos, incluso más que antes, porque ahora nos damos cuenta. Todos nos damos cuenta. 

Ahora sólo hay que abrazar esos momentos y no bajar los brazos. Que estamos acá para hacer nuestro futuro, y los que se suban al barco, vendrán con el tiempo. 

1 comentario: