miércoles, 21 de septiembre de 2011

Too many.

Cuando se trata de relaciones, todos somos gurús. Todos sabemos qué no hay que hacer, qué no hay que dejar de hacer, qué si, qué no, qué blanco, qué negro. Todos aconsejamos, y de hecho, nuestros consejos parecen dar buenos frutos. Y si al aconsejado le va mal, todos saben que no fue por un mal consejo.

Pero qué pasa cuando somos nosotros quienes necesitamos consejos? Qué pasa cuando viene alguien en quien realmente confias y te dice "cortá por lo sano"? 

No nos gusta mucho, verdad? 

Pero al otro día viene otra persona en quien realmente confias y te dice "si, pero mira a quién escuchás, si le fue mal en todas y cada una de sus relaciones. Además, es una persona totalmente diferente a vos. Yo, en tu lugar, me preocuparía menos y dejaría que las cosas se den solas". 

Entonces nos quedamos tranquilos. Nos relajamos y somos felices. 

Pero después viene otra persona y nos recuerda todas esas veces que le dejamos nuestra situación al tiempo, y obtuvimos, ah, sí, NADA. Y te dicen "Activá, no cuelgues, que note vuelva a pasar lo de la última vez".

Ahí nos desesperamos, es terrible, porque tenemos que ponernos en acción y HACER COSAS. 

Pero QUÉ? y más importante, CÓMO y CUÁNDO? 
El problema aparece cuando hay demasiados consejos. Me gustaría decir "no, yo no soy de esas personas que dan consejos y no hacen lo que aconsejan, yo escucho mis propios consejos", pero no sería del todo cierto. No es que no escuche mis propios consejos, pero me pasa que mi sentido común no puede aconsejarme cuando se trata de mí. Son MIS complicaciones, y sé que las consecuencias de un mal consejo podrían ser fatales para mi ánimo. (Decir para mi alma es como muy dramático). 
Entonces qué hago? Pienso en aquella vez que mi amiga x estuvo en una situación parecida y le dije que no se regale, que se haga desear? O en aquella amiga y que también pasó por algo similar y le dije que no finga algo que no es y que si quería llamar las 24 horas del día, que llame? Qué hacer?

Por ahora, vamos a hacer todo junto. Decir que voy a dejar de pensarlo tanto sería hipócrita. Así que vamos a ignorar un poco, hostigar un poco, y así ir combinando, porque en este mundo, la vida es una escala de grises, una ruta interminable donde vas esquivando los límites. Y no hay nada que me defina más que mi interpretación.

1 comentario:

  1. Hermosa. La realidad prima es que todos aconsejamos y somos aconsejados, pero la verdad siempre está en uno. Es inevitable no aconsejar a alguien porque queres lo mejor para esa persona, pero también creo que, es mejor hacer oídos a tu "yo" a otros.
    Equivocarse es normal, meter la pata, etc. Lo importante es que si te salio mal o te salio bien allá sido por elección tuya.
    No hay que arrepentirse de nada porque el tiempo atrás no vuelve, hay que aprender. Mientras se aprenda, esta perfecto que te hayas equivocado.

    Se vos. Es mi mejor consejo ;)

    ResponderEliminar