viernes, 11 de noviembre de 2011

11/11/11

Hoy, 11/11/11 a las 11:11 (conté hasta once, para ser lo más precisa posible con los segundos), miré para abajo, junté las manos (no como rezando, solamente las junté como para darme más fuerza), y pensé en tres deseos.

No sabría decir muy bien cuándo fue que empezó mi modalidad de pedir deseos poco específicos, como si tuviera miedo de pedir algo muy puntual y (fuera a concederse o no) después sentirme como una tonta porque era algo que no resultaba tan importante, o resultaba algo así, medio efímero... cuando cruzó por mi cabeza el pensamiento de "pero pedir algo como "quiero un auto amarillo" es no sólo infantil y estúpido, sino egoísta" se generó un cambio.
No sé cuándo fue eso, pero sé que cuando el concepto "egoísmo" entró por la puerta, los deseos específicos hicieron mutis por la derecha.

Bueno. Si lo pensamos bien, hay deseos específicos que no son nada infantiles, estúpidos o egoístas, pero por suerte (o mala suerte?) nunca tuve una situación así fea cuando se me dio la oportunidad de pedir deseos.

Creo que tiene que ver con el hecho de que, desde chiquitos, la vida nos mostró mil formas de desaprovechar los deseos siendo egoístas, Jafar quería la lámpara para ser Sultán y ser poderoso, por ejemplo.

Todo esto pensaba ayer cuando me daba cuenta que sólo vamos a vivir esta unanimidad de números dos veces más en nuestra vida, todos los que estamos hoy vivos. Este año, y el que viene (11 y 12).
No soy una persona que viva deseando cosas en realidad, tengo mis deseos pero son deseos del tipo "quiero viajar, ver el mundo". Lo más específico es "quiero ir a París". Por eso a la hora de pedir deseos, acudo a las cosas más basicas pero imprescindibles de la vida: salud, felicidad, etc.
Hoy, sin embargo, sentí que desear una y otra vez "world peace", si bien era honesto, era totalmente estúpido. Entonces, a mitad de carrera, después de dos deseos poco específicos, di un deseo algo más específico. Apenas, porque en verdad en este momento de mi vida, como pasa siempre que estoy ante una situación "para pedir deseos", no hay una cosa puntual que desee con toda mi alma.

Parte de conocerse a sí mismo y ser feliz, consiste en dejarse ser. Y dejarse ser consiste en darse el lujo de pedir deseos específicos, sin miedo al juez que sin duda es nuestra conciencia.

Alors, beaux rêves à tout le monde!

PS: Podrán llamarnos "infantiles", "soñadoras", "chiquilinas" y todo lo que quieran. Pero todos aquellos que no pidieron sus deseos hoy a las 11:11 se quieren matar.

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