aparece nuevamente,
campante como siempre, ingenuamente.
Y quiero enojarme pero sonrío,
incontrolable e inconscientemente sonrío;
sonrío y no puedo enojarme.
¿Será malo sonreírlo?
¿Será una voz interior que marca algo bueno?
¿Será de esas cosas que hay que reprimir?
¿Hay que reprimir?
¿Cómo decidimos qué reprimir y a qué dar rienda suelta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario